Pan de molde
- 130 ml de leche
- 3 cucharadas de azúcar
- 2 cucharadas de sal
- 50 gramos de mantequilla
- 2 sobres de levadura para panadería (unos 10-12 gramos) o 20-25 gramos de levadura fresca
- 315 ml de agua templada
- 650-750 gramos de harina de fuerza
La receta está calculada para hacer dos panes de molde.
En un bol (si lo hacemos en el microondas) o en una olla pequeña, ponemos la leche, el azúcar, la sal y la mantequilla y calentamos levemente (un minuto en el microondas a potencia media), para que la la mantequilla se ablande sin disolverse del todo y para que el azúcar y la sal se disuelvan en el líquido. Retiramos, revolvemos un minuto y lo dejamos reposar.
En un recipiente grande o en el bol de tu stand mixer, disolvemos la levadura en 315 ml de agua templada y mezclamos con la ayuda de un tenedor para que se disuelva. Agregamos la mezcla de leche y unos 450 gramos de harina. Con una cuchara de madera comenzamos a mezclar o en la amasadora, ponemos a velocidad mínima durante 2 minutos.
Poco a poco, vamos agregando el resto de la harina y mezclamos bien (4-5 minutos en la stand mixer a velocidad mínima) hasta conseguir una masa elástica y algo “pegajosa” al contacto con los dedos.
Ponemos la masa en un recipiente levemente aceitado, cubrimos con un film transparente y dejamos reposar una hora, hasta que haya doblado su tamaño.
Pasado el tiempo, amasamos bien la masa sobre una superficie levemente enharinada y la dividimos en dos partes iguales. Con cada mitad, estiramos hasta obtener un rectángulo y doblamos en tres partes: cogemos el extremo a la izquierda y lo llevamos hacia el centro; cogemos el otro extremo y lo llevamos también hacia el centro, encima del otro (como un tríptico). Cerramos bien las uniones de la masa por todos lados (también por los extremos) y las reservamos.
Enaceitamos levemente dos moldes rectangulares para bizcochos o para pan, y ponemos una mitad de la masa con la unión hacia abajo en cada uno. Cubrimos con un paño y dejamos reposar otra hora, para que la masa siga levando. A la mitad de este tiempo de levado, precalentamos el horno a 200ºC.
Una vez pasada la hora, metemos los moldes en el horno y los dejamos 30 minutos, hasta que hayan aumentado su volumen y la superficie esté dorada. Retiramos inmediatamente y enfriamos sobre una rejilla. Esperamos unos 10-15 minutos y ya estarán listos para consumir.