Fudge de chocolate con pistachos y nueces de macadamia
- 200 gramos de chocolate negro
- 150 gramos de chocolate con leche
- 1 lata de leche condensada (370 gr)
- 30 gramos de mantequilla
- 1 cucharadita de sal en escamas (o gruesa)
- 1 cucharadita de pimienta de Jamaica o allspice (o ½ cucharadita de clavo molido y canela molida, y una pizca de nuez moscada molida)
- 100 gramos de pistachos pelados
- 75 gramos de nueces de macadamia (si no las podéis conseguir, utilizad solo pistachos)
- La ralladura de un naranja
En una olla ponemos la leche condensada, la mantequilla, la sal, las especias y el chocolate troceado finamente a fuego medio-bajo, hasta que lentamente se funda. Mezclando cada cierto tiempo con una espátula de silicona, podemos preparar los frutos secos.
Pelamos los pistachos y las nueces de macadamia. Las ponemos en una bolsa para congelar (de las que tienen un cierre en la parte superior) y aplastamos con el rodillo para que se muelan los frutos secos de forma irregular. Así quedarán trozos de distinto tamaño que sorprenderán a quienes prueben el fudge. Reservamos.
Una vez fundido el chocolate, retiramos del fuego y mezclamos bien con los frutos secos. Reservamos.
Cogemos una fuente cuadrada de unos 20-23 centímetros, forramos bien con film transparente el fondo y los laterales, y vertemos nuestra mezcla de chocolate con la ayuda de una espátula, cubriendo toda la fuente y nivelando la superficie. No debería quedar de una altura mayor a 2-3 centímetros. Espolvoreamos con la ralladura de naranja y metemos en la nevera unas 6 horas.
Una vez que se ha endurecido, podemos cortarlo con un buen cuchillo en cubos de 2-3 centímetros y guardar en la nevera hasta que se consuman. Yo los guardo en una caja de metal forrada de film transparente y tapada. Se mantiene varios días sin perder su sabor y aroma.