Quiche de ajetes y espárragos
- 6 láminas de masa filo (se puede encontrar en los grandes supermercados, en la zona de neveras)
- 10-12 ajetes (ajos tiernos) o cebolletas picados pequeños
- 10-15 espárragos trigueros cortados en trozos
- Sal, pimienta
- Aceite de oliva
- Queso Parmesano rallado o en polvo
En un molde apto para horno y no muy profundo, enaceitamos levemente el fondo. Disponemos 4 láminas de masa filo hasta cubrirlo por completo, poniéndolas de una en una y pincelándolas con aceite de oliva (se puede hacer con una cuchara si no tienes un pincel), teniendo en cuenta que la mayor concentración de masa debe estar en la base. Para ello, lo mejor es recortar el exceso de bordes que hayan quedado fuera y disponerlos sobre el centro del molde. Reservar.
En una sartén con una cucharada de aceite de oliva, salteamos los ajetes y los espárragos hasta que estén blandos. Si se doran un poco, incluso mejor. Eso sí, cuidado de no quemarlos, porque pierden su sabor o cogen un sabor amargo.
Una vez retirados del fuego, disponemos el revuelto de ajetes y espárragos sobre la masa que teníamos en el molde, lo espolvoreamos con el queso rallado o en polvo, y lo cubrimos con las dos capas restantes de masa filo. Metemos los bordes hacia dentro y “tapamos” bien el relleno.
Con un pincel de cocina (o una cuchara) “pintamos” de aceite de oliva las láminas de masa filo de la parte superior y reservamos.
Para cocinarla, precalentamos el horno a unos 180ºC e introducimos la quiche durante unos 15-20 minutos, hasta que la superficie esté dorada y crujiente. Se puede comer caliente o fría.
Nota: Si no encuentras ajetes, puedes hacerlo con cebolletas o con puerros.